Punta Lourde-Rocheblave (3.104 mts.)

Punta Lourde-Rocheblave (3.104 mts.)
25 de Julio del 2008

22 octubre 2008

Patxi Termenón. Entrevista

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(Patxi es el cuarto por la izquierda, señalado por la flecha)


Queridos amigos:

Por si alguno de vosotros no ha leido aún la interesante entrevista, que con Patxi (FTer para los foreros del GEM), se publica en la revista digital "Pirineos 3000", aquí os la adjunto
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Francisco Termenón “FTer”, es un experimentado pirineista al que todos conocemos sobradamente por sus valiosas aportaciones al Foro con sus indicaciones y consejos, pero a su vez desconocido en cuanto a su vida montañera se refiere. Resulta fácil hablar de monte con él, de esta manera indagamos un poco más en la vida montañera de Patxi.

Hola Patxi..., ¿nos podrías explicar un poco de donde eres, fecha de nacimiento y a que dedicas el tiempo en tu vida fuera de los montes?
Nací en Vigo, algo lejos de los Pirineos, hace ya demasiados años, no voy a decir cuantos. Sin embargo desde que era un niño, con cuatro años, resido en Bilbao y me considero plenamente bilbaino. Fuera de los montes dedico el tiempo… a pensar en los montes. No, en serio, como hay que comer, pues un trabajo de ocho a cinco como mucha gente. Algo relacionado con la informática.

¿Cómo empezó y a que edad, tu afición por el montañismo?
Recuerdo con diez años haber visto un libro con fotografías de las montañas de los Alpes. Entonces mi ilusión era ser alpinista, pero tuvieron que pasar unos cuantos años para que aquel sueño se hiciera realidad.

¿Cual fue tu primera cima?, ¿y tu primer tresmil y a que edad?
Cuando estaba en la universidad comencé a salir con un compañero. La idea no era
hacer montes, sino cuevas. Hicimos nuestros pinitos en algunas grutas de los alrededores
de Bilbao, incluso fuimos en alguna ocasión a Cantabria. Prácticamente sin más material que
una linterna eléctrica. Como llegábamos a casa rebozados de barro, ante las broncas
de nuestras madres cambiamos de objetivo y nos dimos cuenta que el monte es más limpio.
Primeras cumbres las típicas de Vizcaya: Gorbea, Amboto, Zalama. Algunas salidas con
el autobús del Club a San Lorenzo, Cuchillón.
Allí hicimos nuestros primeros pinitos con el piolet, prestado y de madera por supuesto, los
crampones no sabíamos ni lo que eran. El primer tresmil, con todos los ánimos de los
veinte años, tuvo que haber sido el Posets. Una vez llegados al collado de la Paul, a cinco
o diez bajo cero, todo totalmente nevado, la visión de la pared que había que superar y la
de un componente del grupo que iba delante nuestro resbalándose a todo lo largo del glaciar,
nos despertó de nuestros sueños de golpe. Prudentemente dimos media vuelta y enfilamos
hacia la tienda colocada en Turmo. Al día siguiente conseguimos subir al Perdiguero.
Recuerdo la emoción que sentí al descubrir el lado francés, esas montañas abruptas de las
que no sabía ni el nombre y que entonces consideraba completamente fuera de mi alcance.
Esto fue el año 1977.

Está ampliamente demostrado tu vasto conocimiento de todos y cada uno de los rincones de nuestro Pirineo, ¿cual ha sido tu proyecto más ambicioso al respecto?, ¿o está por venir?
No, nunca me he planteado un proyecto ambicioso, ni tan siquiera el subir a todos los tresmiles
lo es. Yo diría que lo más importante es la constancia, el no rendirse. Ha sido el día
a día, cuando una cima no se dejaba por un lado, lo intentaba por otro. A medida que nos
van cayendo años encima las cimas se van haciendo más altas y más difíciles de subir,
pero los conocimientos acumulados hacen que nos podamos plantear otros objetivos: cimas
más bajas pero de gran belleza hasta ahora dejadas de lado, recorridos menos frecuentados
y profundización en la historia y cultura pirenaica que tiene mucho que ofrecer.

Coméntanos un poco algunas de tus cimas más importantes fuera de Pirineos.
No he salido mucho de los Pirineos. Bueno, no a cumbres de renombre como Andes o Himalaya,
creo que no me apetecería estar un mes intentando una montaña. La península
sí la tengo bastante pateada y algunas escapaditas a Alpes, lo normal. El monte más alto
que he subido es el Mont Blanc, con eso está dicho todo. Eso sí, he estado dos veces en su
cumbre y otra que nos quedamos muy cerca.

¿Recuerdas cual ha sido la cumbre que mayor sentimiento te levantó conseguirla?, y por qué motivo te emocionaste?
No, siempre he sido muy frío en ese aspecto. O tal vez todas las montañas que he subido
me han gustado. Quizás el Toubkal, que lo subí con mi mujer y fue nuestro primer cuatro
mil.

¿Te consideras un montañero con síndrome de “fiebre por los 3000’s”?
¿Qué contestar después de haber subido a todos? Sí, era un objetivo conseguirlos. La
mayor parte del tiempo no me ha absorbido en exceso. Los últimos años sí. Cuando faltan
pocos parece que se hace más difícil conseguirlos y sí, se convierte en una obsesión. Ya
no tienes ojos para otra cosa.

Debido a esta pasión por el Pirineo que te mueve, me imagino que se te ocurrió entrar en el análisis de la correcta catalogación del libro de Juan Buyse “ Los Tresmiles del Pirineo”.
Fue más una coincidencia en el tiempo. Cuando Buyse publicó su libro ya estábamos con
la idea de subir a todos los tresmiles. La única lista de la que teníamos noticia era una que
publicó Sabino Echeandía en la revista Pyrenaica. Contabilizaba 125 cimas, pero sólo sacando
cumbres de los mapas de la época nosotros habíamos elaborado una lista de 160.
O sea, que ya estábamos con ello cuando apareció “Los Tresmiles del Pirineo” en 1990. de
ahí que lo acogiéramos con mucho interés.

¿Llegaste a conocerlo en persona?
No, no nos conocimos personalmente, aunque sí intercambiamos algunos correos sobre
algunas dudas de su lista.

Coméntanos un poco algunas de tus cimas ¿Crees que de alguna forma, existirá la posibilidad de actualizar y acotar de nuevo todos los 3000’s del Pirineo?
Viendo sobre el papel la posibilidad de actualizar la lista y corregir algunas cosas parece
factible. A fin de cuentas sólo son once zonas y un número limitado de cimas. Otra cosa es
la realidad del terreno, el esfuerzo para tal tarea es enorme. Pero bueno siempre se puede
avanzar algunos pasos más. Lo importante es mantener un criterio homogéneo. Si se andan
variando las premisas entonces si que la labor es inabordable.

Cambiando de tema, ¿crees que ha habido un antes y un después del Pirineo?, es decir, ha habido en algún momento un punto de inflexión? Me refiero a que no creo que sea el único al cual le da la impresión de que año tras año el Pirineo y cualquier otra Cordillera del Planeta se están masificando a pasos agigantados.
Sí, por supuesto. Pero ello no es de ahora, vemos que hace 150 años quienes recorrían en
plan montañero los Pirineos se conocían todos, personalmente.
Poco a poco se fue incorporando más gente a esta afición de subir montañas, y si hace cincuenta
años los practicantes se podían medir por centenares, hoy somos millares los que habitualmente
salimos al monte. Pero ello se ha producido en todo tipo de montañas, desde las más cercanas a los ochomiles.
Alguien dijo que el alpinismo es un deporte que surge cuando las necesidades más elementales
están cubiertas, en el sentido que es una afición de ricos. Algo de cierto hay.
Ahora muchos disponemos de ese tiempo libre que no necesitamos para trabajar ya que
nuestras necesidades más básicas están cubiertas y lo podemos emplear en viajar y en
subir montañas. Aparte de la mayor facilidad de comunicaciones actual. Es algo que creo
va a continuar incrementándose.

¿Se ha convertido el Pirineismo o el montañismo en general en un deporte de masas?
No, si entendemos “de masas” en el sentido peyorativo del término. Es cierto que muchas
personas suben al Aneto, Perdido u otro monte famoso y no vuelven a pisar Pirineos en
años. Pero quien se inicia en un montañismo bien entendido y lo practica habitualmente,
va aprendiendo al mismo tiempo que evoluciona como montañero.
Se puede hablar de una “cultura montañera”, creo que ese concepto está reñido con
la expresión “de masas”. La práctica enriquece, no sólo físicamente, sino como persona,
en el sentido que amplia el conocimiento, educa.

¿Ha perdido el Pirineo su encanto por este motivo?
Hay sitios que han perdido la soledad. Si ella formaba parte del encanto buscado, por supuesto.
Aún así fuera de esos sitios, que todos conocemos, el Pirineo está vacío. El cruzarse
con diez personas durante todo un día no puede catalogarse de masificación. Y hay lugares
donde no encuentras a nadie.

Me imagino que como cualquier otro montañero, en algunas ocasiones arriesgamos un pelín más de la cuenta..., cuéntanos si has vivido esa experiencia. En caso afirmativo, ¿dónde y cómo sucedió?
Este es un tema muy delicado. En puridad nadie arriesga más de la cuenta. En el momento
en que fuésemos conscientes de ello nos daríamos la vuelta. Y yo lo he hecho alguna vez.
El problema está en no darse cuenta de los riesgos y siempre hay alguno que se nos va a
escapar, contra más experiencia tengamos, menos. Pero nadie tiene todo controlado al cien
por cien. Luego, una vez desencadenados los acontecimientos el resultado dependerá de la
suerte y se dice “Claro, es que han arriesgado más de la cuenta” y no es eso, simplemente les
ha sorprendido algo con lo que no contaban y han tenido mala suerte. Dicho esto, también
hay que decir que imprudencias hay, y muchas. Pero es lo de siempre, quien las comete
está convencido de que no está incurriendo en ellas. Falta un poso de conocimientos
montañeros a nivel social. Hay quien asocia la montaña con la playa en el sentido lúdico.
En este sentido en Francia tienen un nivel infinitamente superior, tal vez las experiencias
alpinas han calado más en la sociedad.

Y para terminar Patxi, ¿conoces o has visto actuar alguna vez a una banda que ronda el Pirineo y que se hacen llamar “los Cazafantasmas”? En caso afirmativo, ¿eres miembro Directo o perteneces a la cúpula y cerebro de su organización?
¿Cual es su principal objetivo?

Sí, creo que hay un grupo de locos que se hacen llamar así, merodean por sitios raros con
unos aparatos que deben servir para detectar fantasmas.
Lo curioso es que siempre salen de día, cuando todo el mundo sabe que los fantasmas se
materializan de noche.
Bueno, en serio, somos un grupo que tratamos de determinar la prominencia de diversas
puntas dejadas de lado en la lista oficial de los tresmiles y simultáneamente encontrar
aquellas cimas de la lista que no llegan a los diez metros. ¿Por qué está cifra? Porque en
teoría es en la que se basó Buyse para elaborar su última lista de 212 tresmiles. Digo en
teoría ya que no se ha comprobado nunca. Pensamos que ya es tiempo de que uno de los
criterios, sino el principal, para que una elevación sea considerada tresmil, sea comprobado
sistemáticamente. Las novedades encontradas son publicadas en esta web cuando se
producen.

...Para aquellos de vosotros, lectores, que se os haya despertado la curiosidad, entraremos con mayor detalle a conocer este peculiar grupo de experimentados montañeros en próximas ediciones...
Claudio Tinoco “Claudix”

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Y aquí teneis la revista con fotos de Patxi:


Un abrazo.

Palma a 22 de Octubre del 2008.